ERA DE NOCHE
En sus delgados brazos apretaba un suspiro
el mismo que hizo que se levantara de un sobresalto, 2:00 a.m; y aún no soñaba.
Sintiéndose ajeno a su propia cama contempló las grietas del techo
que para él asemejaban las arterias de su cuerpo.
Sigilosamente se incorpora, depositando sus pies en las pantunflas siente sus dedos fríos
al mismo tiempo que recorren su mente pensamientos como látigo
que laceran su extravío
!eres un parasito!
Su madre, otra vez, grita y profana su aliento.
Una lágrima roza su mejilla, sin querer, se recarga en el switch y prendiendo la luz recupera la calma
camina hacia la ventana que da a la calle, mirando hacia la esquina
se pregunta si alguien ha pasado por este dolor de saberse aislado de la gente que lo cree
lento, retardado y hasta absurdo.
Nuevamente la imagen de su madre,
enojada, reprochándole su tristeza y amargura que él no pidió
que él solo fue, eso, esto que se ahoga, que calla a su gran amor, a su gran dolor.
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